Sólo los ríos bercianos, junto con el Eria y el Duerna, están en condiciones regulares

Dice el refranero popular que cuando marzo mayea mayo marcea, y esto ha sucedido si no en mayo sí a finales de abr il ya que en la primera semana de mayo parece que mejora el tiempo. Comenzó la temporada truchera con temperaturas altas, inusuales para finales de marzo y principios de abril.

Los ríos incrementaron su caudal con los deshielos, que no con las lluvias, y se ha pescado francamente mal en las primeras semanas. Ahora queda menos nieve en las montañas y los ríos van retornando a la normalidad, pero el tiempo de finales de abril ha sido inusualmente frío y ventoso. La nieve que queda en las montañas con el viento y la subida de temperaturas que se prevé durará muy poco, pero provocará nuevos deshielos. Ni que decir tiene que la temporada, hasta la fecha, está siendo mala, incluso desastrosa para quienes han «disfrutado» de cotos, porque no cabe duda que mas pronto o mas tarde la situación se corregirá, pero los permisos se habrán perdido, incluso para los que hayan viajado desde lejos. Este es uno de los problemas que acarrea el sistema de elección de cotos en Castilla y León, que se efectúa con varios meses de antelación y a expensas de lo que marque la meteorología. Pese a todo los aficionados siguen saliendo al río de forma masiva, y buena prueba de ello son las aglomeraciones que se producen en el Órbigo, uno de los pocos cursos fluviales en los que se puede intentar la pesca. La prohibición de pescar a cebo natural en el Omaña esta temporada está concentrando a casi todos los pescadores de la zona en el tramo situado entre Hospital y Veguellina, con aglomeraciones insufribles a cualquier hora del día.

Los embalses, pese a la sequía, han alcanzado el 80 % de su capacidad, razón por la que desembalsan parte de las entradas que tampoco son abundantes. Riaño y Vegamián ya superan el 80 % de su capacidad, mientras que Barrios de Luna almacena el 75. Los ríos no regulados también discurren algo altos y con aguas verdosas por el deshielo. Tan solo los ríos bercianos, junto con el Eria y el Duerna, se encuentran en condiciones regulares, que no buenas. El cebo natural, especialmente el gusarapín, sigue dando las mejores capturas, y esto lo saben muy bien los aficionados que en las primeras horas de la mañana acuden a pescar.

Esta técnica, sin embargo, se va perdiendo y cada vez es menor el porcentaje de aficionados que la practica. Crece, sin embargo, el número de pescadores que pesca a «ninfa», tanto con cola de rata como con lance, a base de burlar la Ley que impide las plomadas de arrastre utilizando como lastre señuelos muy plomeados. Si no se toman medidas al respecto muy pronto la prohibición no servirá para nada.

En esta primavera atípica tampoco las eclosiones de insectos siguen la pauta habitual. Hasta hace poco caía algo de pardón y en algunos ríos como el Cea o el Orbigo, lo comieron bien durante los pocos días en que se pudo pescar. A finales de abril comenzaba a eclosionar la sarnosa macho, especialmente en el Esla, pero se ha cortado bruscamente. Es importante el retraso que lleva la maduración de los insectos acuáticos. El campo y los ríos esperan «agua de mayo» y calor, que devolvería a la primavera la vitalidad que en años normales tiene en la provincia de León.